La cara oculta de ser Au pair
Capítulo 11: "Perdido en el bosque"
Nuestro equipo de redacción ante la presión de los medios de comunicación y admiradores
Pero como bien sabéis, en esta aventura la tónica predominante han sido las lágrimas y el drama. Como ya os contaba en el capítulo anterior, la "Casa de los Horrores", como denominaba a mi segunda familia en Berlín, no me lo estaba poniendo nada fácil. El clima nublado y gris de Berlín eran análogos a mi estado de ánimo en aquella casa. Ni la mujer ni la niña me
Aquella mujer estaba dispuesta a corregir cualquier detalle insignificante que su mente fría alemana le ordenase. Y sinceramente
Ya no es solo que aquello eran trabajos forzosos, y que más que en un casa como aupair parecía que me habían contratado como jardinero.
Necesitaba que ocurriera algo muy muy inesperado porque yo ya me empezaba a aburrir con aquella situación...
Tras tardes de babysitting, limpieza general de casa y jardín, barbacoas... llegó al fin lo que todos esperábamos
¡MI PRIMER DÍA LIBRE COMO AUPAIR!
Como podéis imaginar no me quedé en aquel barrio residencial sin vida al sur de Berlín. Me arreglé un poco y me marché al centro. Mi amigo S. disponía de un apartamento precioso de carácter bohemio a tan solo 15 minutos de Alexander Platz, la zona más céntrica de Berlín.
Cocinando en casa de mi amigo S.
Hacerle una visita fue como un soplo de aire fresco tras estar encerrado durante una semana en "La casa de los horrores". Pasamos gran parte del día charlando y tomando copas de vino. Paseamos por las encantadoras calles de Berlín y nos divertimos a lo Blair y Serena en Gossip Girl. Yo veía a S. mucho mejor de ánimos que yo, las cosas a él le estaban yendo mucho mejor. No dudó en horrorizarse cuando le conté como me estaban tratando en mi segunda familia. Verle a él cumpliendo su sueño en Berlín y verme a mí en aquella situación, a punto de tirar la toalla, con todo lo que había luchado para irme a Alemania, me puso un tanto emocional...
Cuando salí de casa de S. me sentí un tanto afectado por la bebida. Y yo, bebedor desde que tengo uso de conciencia, estaba un tanto extrañado con aquella situación. Las copas de vino a lo largo del día me habían pasado factura...
Pero no había excusas, debía volver a casa antes de que
Para colmo, empezó a llover. La situación se empezaba a poner fea, llevaba más de una hora deambulando por las calles solitarias del sur de Berlín y no veía la hora de llegar a casa. La mujer se iba a coger un cabreo enorme
Aquello no daba más de sí, estaba convencido de que la mujer iba a cogerse un cabreo enorme por llegar a altas horas de la madrugada a casa. Así que decidí dar media vuelta hacia la estación y volver hacia casa de S. No tenía otra opción. Aquella noche de Septiembre tiré la toalla. No sé si fue estar empapado, o perdido completamente en el bosque, o toda la semana anterior en "La casa de los horrores" o simplemente ni Berlín ni el aupair llenaban mis expectativas no me comía ni una rosca en grindr así que era momento para marcharme. Sí. A España. Ese era mi plan al día siguiente.
Cuando ya estaba a punto de coger el tren nuevamente hacia Berlín centro a casa de mi amigo, sonó mi móvil. Era la mujer.
Shake it maricón! Shake it! ESPASIVAAA!!!
La mujer no parecía cabreada, cosa que me extrañó bastante. Todo lo contrario, estaba dócil y amable. Mi ropa estaba empapada. Le comenté que me había perdido porque era de noche
En 10 minutos o así apareció con su coche, me subí al asiento delantero y al verme, apenas sin parpadear me preguntó qué me había pasado.
En ese momento, tuve un momento catarsis a causa del alcohol y la lluvia y le confesé que me iba. Que no estaba cómodo en casa y que me marchaba a España. Ella, haciendo uso de la frialdad alemana ni se inmutó. Me espetó suavamente:
¿Cómo que te vas? ¿Mañana debes cuidar a mi hija?
Llegamos a casa. El viaje en el coche fue silencioso. Me dijo que no me fuera a España y poco más. Ni siquiera me preguntó por qué estaba mal. Llegamos a casa, me preparó un té para entrar en calor
Amigas. Amigos. Aquella noche de verano ya podía oler el agua salada y el olor a glaciar. Mi estancia como aupair en Alemania estaba a punto de llegar a su fin...
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"¡La gran discusión!"
Desde Granada
Siempre con cariño
@robbiemilk
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