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sábado, 23 de noviembre de 2013

Capítulo 3: Llegada a Berlín

¡Hola de nuevo mariconzuelos gente! Te invito a vivir en esta entrada mis primeras sensaciones como aupair en Berlín. ¿Preparados?

Dejar España de un día para otro no es tarea fácil. Son muchas las cosas que estás dispuesto a perder a cambio de la movilidad exterior de la que el PP se regodeaba la oportunidad de encontrar un futuro laboral mejor fuera. 
Y el verdadero drama es que tenemos un país que es la envidia de toda Europa en cuanto a clima, gente y gastronomía pero que no es capaz de sostenerse desde el punto de vista económico. 
 


 El día de mi despedida no fue un día fácil, la gente de mi alrededor actuaba de forma extraña conmigo, me trataban de la mejor forma posible, como si nunca más fueran a volver a verme. De camino al Aeropuerto de Málaga, no pude evitar rememorar en mi mente una vez más cada uno de los años que había vivido en la ciudad con más bisexuales por metro cuadrado del país la Costa del Sol. Estaba jodido roto por dentro. Aunque estaba ilusionado con irme de aupair a Berlín, me costaba mantenerme positivo al 100%. Porque no me estaba yendo, me estaban echando de mi país.

El momento de subirme al avión creo que no hubo tranxilium orfidal valium tila suficiente para relajarme. Mi fobia a volar no hizo mi marcha mucho más fácil.

                               Yo minutos antes de embarcar...

Llegué una noche de verano el 7 de Agosto de 2013 a la capital de Alemania. Mi primera impresión con la ciudad pese a que era de noche fue qué frío maricón!! positiva.
Con todo mi equipaje, de madrugada, la familia de acogida, pese a que timbré y timbré decidieron no abrirme y tenerme como casi 30 minutos esperando fuera. 


Finalmente, después de fundir el timbre abajo y haber despertado a medio bloque de nazis alemanes, conseguí entrar. La mujer me recibió y mi primera impresión con el apartamento fue ¡pero qué monada maricón! muy positiva. 
Tras hablar unos 5 minutos con la mujer de las típicas chorradass de ¿que tal el vuelo? ¿estas cansado? el viaje y demás, me dispuse a irme a dormir a mi cuarto. La familia me había dejado un pequeño detalle en la mesa de mi cuarto. Todo muy vegano, eso sí.



 
Por mí me hubiera puesto a deshacer las maletas pero estaba tan cansado tanto física como emocionalmente que lo único en lo que pensé fue en fundir el grindr como si no hubiese mañana  caer en redondo a la cama.
Necesitaba dormir, el día siguiente no iba a ser un día precisamente fácil. 


Miré por la ventana, todos dormían. Disfruté de aquella sensación unos instantes. El sabor a nuevo, a inesperado. Empecé a ver aquella aventura con otros ojos. Era verano de 2013 y me dije a mí mismo ¡A por todas maricón!   ¡Es mi momento! ¡Voy a disfrutar  de esta oportunidad!
Y de algún modo, cuando apoyé mi cabeza aquella noche sobre la almohada, me pareció vislumbrar, después de mucho tiempo, un amago de sonrisa en mi rostro...


No te pierdas en el próximo capítulo: "Mis primeras horas como Au pair en Berlín"

Desde Londres
Siempre con cariño
@robbiemilk




1 comentario:

  1. Es dificil irte a trabajar fuera de tu pais, que te "echen" como tu dices. Yo lo estoy viviendo en carne propria tambien. Animo...las cosas mejoraran algun dia. :)

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